Muchos están viviendo distintos momentos dolorosos. Enfermedades, crisis personales y/o familiares, violencia, hambre y tantísimas situaciones más de sufrimiento.
A horas de la celebración del día del trabajador, queremos solidarizarnos con todas aquellas personas que no logran conseguir un trabajo digno y pedir especialmente por ellas...
Para los que gozan de un trabajo estable les deseamos un feliz y bendecido día...
Y a los que están en la búsqueda, les pedimos que no bajen los brazos, que permanezcan esperanzados y con la mirada puesta en Jesús.


"Nunca podrás, dolor, acorralarme.
Podrás alzar mis ojos hacia el llanto,
secar mi lengua, amordazar mi canto,
sajar mi corazón y desguazarme.
Podrás entre tus rejas encerrarme,
destruir los castillos que levanto,
ungir todas mis horas con tu espanto.
Pero nunca podrás acobardarme.
Puedo amar en el potro de tortura.
Puedo reír cosido por tus lanzas.
Puedo ver en la oscura noche oscura.
Llego, dolor, a donde tú no alcanzas.
Yo decido mi sangre y su espesura.
Yo soy el dueño de mis esperanzas."
José Luis Martín Descalzo.

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