Dios no es una abstracción mental, es cosa de vida, es una persona, y a una persona no se la 'conoce' reduciéndola a un conjunto de ideas lógicas, sino tratándola. Una cosa es la idea de Dios, y otra Dios mismo.
Una cosa es la idea (fórmula química) del vino, y otra el vino mismo. Nadie se embriaga con la palabra 'vino', ni con su fórmula química. Una cosa es la palabra 'fuego', y otra el fuego mismo. Nadie se abrasa con la palabra 'fuego'. Nadie se sacia con la consabida fórmula del agua: H2O. Hay que beberla.
Dios es el agua fresca, el vino ardiente, pero hay que beberlo. Quienes no lo prueben, no pueden ser 'catadores' de ese Vino, no saben nada de ese Vino, porque no lo han saboreado...
Ignacio Larrañaga.

Comentarios