Cada uno debe encontrar su ritmo de oración... En lo más profundo de nosotros mismos, más allá de nuestras capacidades de acción y de comprensión, hay un corazón vulnerable, un niño que ama, pero teme amar. La oración silenciosa nutre estas zonas profundas. Es el alimento esencial para toda persona que vive en comunidad, porque es el alimento más secreto y más personal. 
Jean Vanier

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