Señor, hay días en que me siento débil, frágil, incapaz... Días, en los que no me puedo mostrar fuerte ante los demás. Esos días, en los que me siento sumamente vulnerable, pienso en tu palabra que dice "Te basta mi gracia, pues mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad" y encuentro paz y consuelo. Ayúdame, Señor, a no mostrarme fuerte y duro ante los demás sino más bien confiado en ti. Quiero que transformes mi corazón, en un corazón semejante al tuyo. Amén. 

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