En este mundo hay muchas cosas por las que no podemos ni debemos estar agradecidos.  El sufrimiento y la injusticia son una llamada a trabajar paciente e incansablemente por un mundo mejor.  Para esta interminable tarea, las personas agradecidas están mucho mejor preparadas que las personas airadas o fanáticas.  Además, las personas agradecidas descubren y admiten más fácilmente que el mal está también en su interior como una quinta columna, y esto lleva a una actitud diferente.  Creemos, agradecidamente, que en esta lucha contra el mal que nos circunda y nos invade somos instrumentos en las manos de Dios y colaboradores de Jesús.  El agradecimiento intensifica la conciencia de nuestra unidad y hace que se transparente con mayor facilidad la gloria de Dios.
Piet van Breemen SJ

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