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Mostrando entradas de diciembre 10, 2017

Enséñame Señor, a retirarme a tiempo

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Día 16 Día uno Novena de Navidad. Con Jesús por la mañana. “De la vida no podemos jubilarnos. Pero de otras actividades sí, y hasta es conveniente, sano. En una sociedad donde la medida es el hacer y el tener, el ocio y el tiempo libre es mala conducta. Aprender a retirarme a tiempo es prudencia y sensatez” (Ernesto Giobando sj). Hay un tiempo para todo. ¿Hay algo que debas ir dejando? ¿Qué cosa te pide un paso al costado para mayor bien? Aprovecha el inicio de la Novena de Adviento para reflexionar sobre esto, ofrece tu día por los ancianos que nos dan ejemplo de abrir caminos para otros. Con Jesús por la tarde. “Elías debe venir a poner orden en todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del Hombre” (Mt 17, 11-12). Detente y reflexiona, sólo la pausa y el silencio abrirán tu atención y podrás ver y descubrir esa palabra que Dios tiene hoy para ti.

La promesa cumplida

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Día 15 Con Jesús por la mañana. El designio de salvación de Dios se cumple también en la fragilidad de los cuerpos ya no jóvenes; sino débiles. Así, del vientre estéril de Sara y del cuerpo centenario de Abraham nace el Pueblo elegido. Y del vientre estéril de Isabel y de un viejo cargado de años, Zacarías, nace Juan el Bautista, precursor de Cristo. Incluso cuando la vida se hace más débil, el anciano tiene motivo para sentirse instrumento de la historia de la salvación (cfr. Papa Francisco). ¡Renueva el sentido de vida! Emprende ese sueño latente y ofrécelo por la intención del Papa. Con Jesús por la tarde. “Pero la sabiduría se conoce por sus obras” (Mt 11,19). El encuentro con Jesús lo cambia todo para siempre. Jesús es una opción radical y definitiva que abarca todas las dimensiones de la persona y la totalidad de la vida. Tus actitudes definen la opción por el Reino. ¿Fortaleces la decisión de seguir a Jesús con actitudes evangélicas? ¿Te identificas con las

Maestros de sabiduría

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Día 14 Con Jesús por la mañana. La tercera edad es, además, la edad de la sencillez, de la contemplación. Van del sentido de responsabilidad a la amistad, a la no-búsqueda del poder, a la prudencia en los juicios, a la paciencia, a la sabiduría; de la interioridad, al respeto de la Creación, a la edificación de la paz. Las sociedades humanas serán mejores si saben aprovechar los carismas de la vejez (cfr. Papa Francisco). ¿Qué podrías aprender de estos “giros” de la vejez? Elige uno y concreta un propósito para crecer en él. Ofrece lo de hoy por la intención del Papa. Con Jesús por la tarde. “Les aseguro, de los nacidos de mujer no ha surgido aún alguien mayor que Juan el Bautista. Y sin embargo, el último en el reino de los cielos es mayor que él” (Mt 11, 11). El Bautista ha disminuido para que Jesús crezca, su misión fue abrir el sendero para el Señor. ¿Sabes ocupar tu lugar y compartir con otros? ¿Eres tú el centro o permites el crecimiento de los demás? Pide a

Esperanzados

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Día 13 Con Jesús por la mañana. “El hombre está sumido en el tiempo: en él nace, vive y muere. Al nacer se fija una fecha, la primera de su vida, y con su muerte otra, la última…No obstante, aunque la existencia de cada uno de nosotros es limitada y frágil, nos consuela el pensamiento de que, por el alma espiritual, sobrevivimos incluso a la muerte” (San Juan Pablo II). ¿Crees en la muerte como paso al encuentro con el Padre? Vive las renuncias de hoy como pequeñas muertes donde encontrarte con Dios. ¡No te lamentes, descubre la oportunidad y ofrece por la intención del mes! Con Jesús por la tarde. “Vengan a mí, todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy tolerante y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su vida. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11, 28 – 30). Pon en el Corazón de Jesús todo aquello que te agobie y te quite paz para que Él lo suavice. Repite sostenidamente: mi al

Consuelo anticipado

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Día 12 Nuestra Señora de Guadalupe. Con Jesús por la mañana. “¡Cuántos encuentran comprensión y consuelo en las personas ancianas, solas o enfermas, pero capaces de infundir ánimo mediante el consejo afectuoso, la oración silenciosa, el testimonio del sufrimiento acogido con paciente abandono! Precisamente cuando las energías disminuyen y se reducen las capacidades operativas, estos hermanos y hermanas nuestros son más valiosos en el designio misterioso de la Providencia" (San Juan Pablo II). ¿Te acercas a los mayores de tu familia? Comparte un momento de charla con alguno de ellos, escúchalo, interésate por su vida. Ofrece lo de hoy por la intención del mes. Con Jesús por la tarde. “María dijo: Mi alma canta la grandeza del Señor, mi espíritu se estremece de gozo en Dios mi salvador. Porque se ha fijado en la humildad de su servidora y en adelante me llamarán feliz todas las generaciones” (Lc 1, 46-48). ¿Qué cosas grandes ha hecho Dios en tu historia de

Mi carga

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Día 11 Con Jesús por la mañana. “Si en la juventud no has hecho acopio, ¿cómo vas a encontrar en tu vejez? ¡Qué bien sienta el juicio a las canas, a los ancianos el tener consejo! ¡Qué bien parece la sabiduría en los viejos, la reflexión y el consejo en los ilustres! Corona de los viejos es la mucha experiencia, su orgullo es el temor del Señor” (Ecle 25, 3). ¿Qué estás  acopiando en tu vida? ¿Te sientes pleno? Revisa tu carga, y ajusta tus criterios de acopio. Únete en oración por la intención del Papa para este mes. Con Jesús por la tarde. “Pero para que sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados –dijo al paralítico, yo te digo: levántate, carga con tu camilla y vuelve a tu casa" (Lc 5,24). “Levántate” es un pedido que Jesús te hace a ti. ¿Qué cosas te impiden andar en este tiempo? “Cárgalas” cual camilla y camina hacia adelante, te acompañarán, pero tú las llevarás a ellas. Repite al ritmo de tu respiración: ¡oh Señor,

Juventud acumulada

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Día 10 Con Jesús por la mañana. Linda vivió 106 años. En su cumpleaños 101 confió a su amiga: «Ya tengo 101 años, pero ¿sabes que soy fuerte? Físicamente estoy algo impedida, pero espiritualmente hago todo, no dejo que las cosas físicas me abrumen. No es que no viva la vejez, sólo no le hago caso: ella sigue por su camino, y yo la dejo. El único modo de vivirla bien es vivirla en Dios». ¿Vives como don y tarea la etapa que te toca transitar o te lamentas? Deja la queja y recibe el día ofreciéndolo por la intención del Papa. Con Jesús por la tarde. “Y predicaba así: Detrás de mí viene uno con más autoridad que yo, y yo no soy digno de agacharme para soltarle la correa de sus sandalias” (Mc 1,7). Tu vida abre camino a los que vienen detrás de ti. ¿Qué dejas a los que te sucederán? ¿Qué has sembrado? Agradece al Señor el don de la vida y la posibilidad de servir con ella a los demás. Repite al ritmo de tu respiración: “Señor, que mi vida te anuncie”, mientras actualiz