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Mostrando entradas de septiembre 7, 2014
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Jesús decía a sus discípulos: «No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos: cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni se cosechan uvas de las zarzas. El hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca. ¿Por qué ustedes me llaman: 'Señor, Señor', y no hacen lo que les digo? Yo les diré a quién se parece todo aquel que viene a mí, escucha mis palabras y las practica. Se parece a un hombre que, queriendo construir una casa, cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Cuando vino la creciente, las aguas se precipitaron con fuerza contra esa casa, pero no pudieron derribarla, porque estaba bien construida. En cambio, el que escucha la Palabra y no la pone en práctica, se parece a un hombre que construyó su casa sobre tierra, sin cimientos. Cuando las aguas se precipitaron contra ella, en seguida se
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¿QUÉ REFLEXIÓN TE SUSCITA ESTE BREVE CUENTO? "Una noche un Viejo Cacique Indio le contó a su nieto la historia de una batalla que se libra dentro de nosotros. Le dijo: "Mi querido nieto, hay una batalla entre dos lobos dentro de cada uno de nosotros. Uno es Malvado. Es ira, envidia, odio, celos, codicia, egoísmo, orgullo, agresividad, superioridad. El otro es Bueno. Es alegría, paz, amor, esperanza, solidaridad, simpatía, generosidad, verdad, compasión y fe". El nieto pensó acerca de eso durante un minuto y le preguntó a su abuelo: "¿Y cuál lobo gana?". El Viejo Indio simplemente le respondió: "El que tú alimentas".
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Tratamos de luchar contra una tentación y no conseguimos nada.¿Qué nos queda por hacer? Continuar sencillamente, tratando de creer y esperar que el amor misericordioso nos espera al final de nuestros difíciles esfuerzos y que vendrá a buscarnos. Si hacemos esto, Dios nos dará la gracia del Amor y a medida que éste crezca, crecerá en nosotros el espíritu de sacrificio. P. Jean Lafrance
Papa Francisco a obispos: Cuiden a sus sacerdotes de la tentación del poder y el dinero
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Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: «¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque re irán! ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y los proscriban, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre! ¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo. De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas! Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!» Lc 6,20-26.