El mensaje de Jesús es claro. No al conservadurismo, sí a la creatividad. No a una vida estéril, sí a la respuesta activa a Dios. No a la obsesión por la seguridad, sí al esfuerzo arriesgado por transformar el mundo. No a la fe enterrada bajo el conformismo, sí al trabajo comprometido en abrir caminos al reino de Dios. José Antonio Pagola
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Mostrando entradas de noviembre 9, 2014
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No te mató el fusil ni la locura de quien a sangre mata con la aurora, ni tuviste el martirio con que llora quien sufre ese terror de la tortura. Tu cuerpo se apagó con la dulzura de un velero de amor, como la prora que reclama el crepúsculo a su hora cuando el mar lo desea en su hermosura. Te mató tu verdad apasionada, la luz con que intuías el futuro Te mató tu sonrisa enamorada y el fuego que en Hiróshima se inicia. por liberar al hombre de su apuro desde esa fe que pide la justicia. Pedro Lamet sj
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Mirar el sufrimiento a través de la pantalla del televisor es menos impactante y horrible que contemplarlo en plena calle. Con la distancia que nos ofrece la televisión ante el sufrimiento del hermano hemos encontrado una manera para seguir viviendo bien sin sentir una pizca de remordimiento. Hay quienes tienen tanto y otros, sin embargo, han convertido el basurero en su medio de subsistencia. El sufrimiento que acarrea la pobreza no es causa solamente de la corrupción y de la avaricia de los poderosos, sino también de la indiferencia de los que no tenemos tanto. Para no mirar de frente la pobreza que hay en la calle simulamos con frecuencia andar apurados. No ayudamos al pobre justificándonos de que el dinero que piden es para comprar alcohol o drogas. Me da vergüenza y hasta me despierta ira cuando escucho hablar así a un cristiano que luego se persigna delante de la cruz de Cristo y suplica por sus necesidades... Javier Rojas sj
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¡Enamórate! Nada puede importar más que encontrar a Dios. Es decir, enamorarse de Él de una manera definitiva y absoluta. Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación, y acaba por ir dejando su huella en todo. Será lo que decida qué es lo que te saca de la cama en la mañana, qué haces con tus atardeceres, en qué empleas tus fines de semana, lo que lees, lo que conoces, lo que rompe tu corazón, y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud. ¡Enamórate! ¡Permanece en el amor! Todo será de otra manera. Pedro Arrupe, sj
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Los pobres son el corazón de la Iglesia. Pero, ¿quiénes son los pobres? Al principio podemos pensar que no son gente como nosotros: gente que vive en barrios bajos, va a comer a comedores de beneficencia, gente que duerme en la calle, los presos, los internados en los hospitales psiquiátricos o en hogares de ancianos. Pero los pobres pueden estar mucho más cerca de nosotros. Pueden estar en nuestras propias familias, iglesias o lugares de trabajo. Incluso más cerca: los pobres podemos ser nosotros mismos, que nos sentimos no amados, rechazados, ignorados o que experimentamos la pobreza, ya sea lejana, próxima o en nuestros propios corazones cuando necesitamos a la Iglesia, es decir, tomarnos de la mano como hermanos, confesar nuestra propia desolación y necesidad, perdonarnos mutuamente, sanar las heridas que nos hemos causado unos a otros y reunirnos en torno a la mesa de Jesús para partir el pan. Es así, pobres, como nosotros reconocemos a Jesús, que se hizo pobre por nosotros.
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El Señor dijo: «Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: 'Ven pronto y siéntate a la mesa'? ¿No le dirá más bien: 'Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después'? ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: 'Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber'.» Lucas 17,7-10
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Captar a Dios es tenerlo en todas las dimensiones de la vida, no sólo en situaciones privilegiadas, como cuando se comulga o se reza. Hay que tener la experiencia de Dios siempre: al caminar por la calle, al respirar el aire contaminado, al disfrutar tomando una cerveza, al tratar de comprender un texto que estemos estudiando. Dios viene mezclado con todo esto; y cualquier situación es lo suficientemente buena para que lo podamos percibir y digamos: Él está con nosotros. La clave del místico es tratar de ver lo que está por detrás de cada cosa, lo que la constituye y la sustenta. No quedar atrapado en lo superficial, sino hacer de todo un símbolo, una señal, un sacramento, una imagen. Para aquel que tiene la experiencia de Dios, el mundo es un gran mensaje. Leonardo Boff
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Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.» Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: "El celo por tu Casa me consumirá". Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?» Jesús les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar.» Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?» Pero Él se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y