Dios nació en medio nuestro. Padeció la pobreza y la injusticia. Jesús sabe de qué se trata ser humano: ser niño, ser púber, ser adolescente y adulto… estar a mitad de camino. Por eso salva. A veces nosotros quisiéramos ahorrarnos el camino: ¡Es tan incómodo estar en medio!. Hernán Rojas SJ.
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Mostrando entradas de enero 15, 2012
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Querido Dios: Estoy lleno de anhelos, llenos de deseos, lleno de expectativas. Algunos se realizarán; muchos no, pero en medio de todas mis satisfacciones y decepciones, confío en ti. Sé que nunca me dejarás solo y que cumplirás tus promesas divinas. Aun cuando parezca que las cosas no siguen mi camino, sé que siguen el tuyo y que, finalmente, tu camino es el mejor para mí. ¡Oh, Señor! Refuerza mi esperanza, en particular cuando mis numerosos deseos no se cumplen. Nunca dejes que olvide que tu nombre es Amor. Amén. Henri Nouwen
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“Sea cual fuere el momento en que nos hallamos de nuestro desarrollo, y sea cual fuere lo que estemos haciendo, Dios nunca dejará de amarnos, corroborando cuanto de bueno hay en nosotros y comprendiendo tiernamente nuestras debilidades. No tenemos necesidad de cambiar ni de crecer ni de ser buenos para ser amados. Más bien es lo contrario: somos amados para que podamos cambiar, crecer y ser buenos”. J. Powell sj
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Aceptación Hay cosas que nos toca aceptar, por muchos motivos. A veces te exigiríamos más. Nos preguntamos por qué no has hecho el mundo un poco más plácido. Por qué las vidas tienen tormentas. Por qué la libertad es un arma de doble filo. Por qué el amor a ratos duele. Por qué los pobres, las enfermedades, las muertes prematuras. Por qué los propios demonios que a veces muerden. Y aunque brota, una y otra vez, el deseo de que algo fuera distinto, también hay una sabiduría muy humana en aceptar parte de la vida como es. Aceptar alguna que otra dosis de fracaso. Aceptar la espera. Aceptar el Misterio… Rodríguez Olaizola sj
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Hay muchos que buscan "prodigios" en lugar de ver los "milagros". Hombres y mujeres que son más "curiosos" que personas de fe. Dios realiza actos dentro del curso normal de la naturaleza que no son menos admirables que los "prodigios"; en realidad son incluso más admirables: en Caná, Cristo transforma muy poca agua en vino, y sin embargo, Dios continuamente hace que la lluvia produzca el crecimiento de las vides; Cristo multiplica unos pocos panes, pero Dios repetidamente hace que una espiga con muchos granos crezca a partir de uno solo; Cristo vuelve a varias personas a la vida, pero Dios da diariamente la vida a muchas más... Cristo nos revelo sólo una "pequeña" parte del poder inmenso de Dios, el resto debes descubrirlo tu. ¿Dónde lo encuentras? Tus ojos que buscan ¿prodigios o milagros?
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Gracias, Señor, muchas gracias por todos los dones que me entregas. Gracias por todo lo que vi, escuché y recibí. Por el agua que me lava, por la ropa que me viste, por el pan que me sustenta. Por la casa, por los padres, hermanos y amigos. Por los conocimientos, esfuerzos y trabajos. Por el tiempo que me diste, por la vida que me ofreces, por la bendición de todos los días. Gracias por estar conmigo, Señor. Gracias porque me escuchas y porque me tomas en serio. Gracias porque recibes mi agradecimiento de hoy. Gracias, Señor, muchas gracias. Schlesinger-Porto
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Cuando una persona alza su mirada hacia Él, hacia Jesucristo, le sobreviene una transformación, en comparación con la cual la mayor revolución es una nimiedad. Consiste, sencillamente, en que quien alza la mirada hacia Él, cree en Él, puede llamarse y ser aquí en la tierra hijo de Dios. Es ésta una transformación interior que, sin embargo, resulta imposible que se quede en algo puramente interior. Por el contrario, cuando se produce, se abre paso con fuerza hacia fuera. A esa persona le amanece una gran luz, intensa y constante. Y precisamente esa luz se refleja en su rostro, en sus ojos, en su conducta, en sus palabras y en su manera de comportarse. A una persona así, incluso en medio de sus preocupaciones y sufrimientos, pese a todos sus suspiros y gruñidos, se le causa una alegría: no una alegría gratuita y superficial, sino profunda; no pasajera, sino permanente. Y precisamente esa alegría lo convierte, aun cuando esté triste y sus circunstancias sean igualmente tristes, en una per
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“Dios nos deja elegir. Decir si o no al amor. Dejarme a mí la elección es respetar mi libertad de persona. Dios, que me ama en libertad, quiere mi amor en libertad. Esto significa que Él no es una posibilidad. La vida eterna no es un hecho predeterminado. Es el fruto de nuestra respuesta humana”. Henri Nouwen
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Me da miedo, Señor, decirte "sí", porque... ¿a dónde me vas a llevar? Me da miedo de que me toque la "gran suerte". Me da miedo firmar un acuerdo sin leerlo. Me da miedo un "sí" que luego trae muchos "síes"... Me da miedo poner mi mano en la tuya porque... no me la vas a soltar. Me da miedo mirarte a los ojos porque me vas a hipnotizar. Me da miedo lo que me vas a exigir porque eres un Dios muy insistente... pero voy a responder que sí. Soy un débil pero ayudado de tu gracia lo conseguiré. Amén
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Dios es inaccesible al instrumento científico, al crisol, a la retorta. . . Pero es siempre accesible para el alma. Nunca despejarán su inmenso enigma la suficiencia y el orgullo humanos, cual si fuese ecuación. El telescopio no habrá de sorprenderle entre los orbes, ni la lente del ultramicroscopio le encontrará en las células. Él dio su ley al universo, y calla, recatando su faz en lo absoluto. Pero que el triste y conturbado espíritu le busque como al súmum de los bienes, y allá en lo más profundo de sí mismo, la voz maravillosa del ABISMO le dirá con amor: ¡AQUI ME TIENES! Amado Nervo
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Un ángel me llega de pronto. Y trae noticias lejanas. Apenas me rozan sus alas, y siento que es mensajero. “Te ama”, “te ama”, me ha dicho. “Y eres su hija adorada”. “No temas”, ya llega a calma. “No temas”, ya viene el milagro. Y mientras, lo miro alejarse comprendo el amor tan inmenso… Me trae las buenas noticias, no quiere que dude en las pruebas. © Ale Vallina
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Cuando apresamos las cosas y las personas, nos convertimos en carceleros, que también tienen que estar en la cárcel para que no se les escape ningún preso. Cuando dejamos volar al pájaro, rodar el oro y alejarse los seres que más queremos, vivimos libres para ir a cualquier parte y estrenar el futuro donde aparezca el Reino. Benjamín González Buelta, SJ
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Por qué te adoro Porque nos amas, tú el pobre. Porque nos sanas, tú herido de amor. Porque nos iluminas, aun oculto, cuando la misericordia enciende el mundo. Porque nos guías, siempre delante, siempre esperando, te adoro. Porque nos miras desde la congoja y nos sonríes desde la inocencia. Porque nos ruegas desde la angustia de tus hijos golpeados, nos abrazas en el abrazo que damos y en la vida que compartimos te adoro. Porque me perdonas más que yo mismo, porque me llamas, con grito y susurro y me envías, nunca solo. Porque confías en mí, tú que conoces mi debilidad te adoro. Porque me colmas y me inquietas. Porque me abres los ojos y en mi horizonte pones tu evangelio. Porque cuando entras en ella, mi vida es plena, te adoro. José M. R. Olaizola sj