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Mostrando entradas de febrero 3, 2013
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Cuando alguien te ama, también es paciente contigo. Cuando alguien te ama, toma las circunstancias de tu vida y las usa de una forma constructiva para tu crecimiento. Cuando alguien te ama, está de tu parte; quiere verte madurar y desarrollarte en el amor. Cuando alguien te ama, no derrama su ira contigo por todos los "errores" que cometes, aunque sean muchos. Cuando alguien te ama, sufre profundamente cuando ve que te desvías del camino, pero espera confiadamente hasta que puede orientarte a que sigas la senda correcta. Cuando alguien te ama, sigue confiando en ti cuando ni siquiera tú confías en ti mismo. Cuando alguien te ama, nunca te dice que eres un caso perdido; más bien trabaja pacientemente contigo y te corrige de tal manera que es posible que te cueste entender la profundidad del cuidado que tiene por ti. Cuando alguien te ama, nunca te abandona aunque muchos de tus amigos lo hagan. Cuando alguien te ama, se queda a tu lado cuando llegas al fondo
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Dar las gracias me hace grande. Pues cuando doy las gracias tomo algo como regalo de otros. Me enriquece porque lo tomo. Al mismo tiempo, lo que tomo agradecidamente se hace imperdible para mí. Las gracias me permiten guardarlo y multiplicarlo. Actúan como el sol y la lluvia caliente sobre una joven planta. La hacen madurar. El agradecimiento une. Hace prosperar nuestras relaciones. Y, a la inversa, quien toma agradecidamente, se ensancha en su interior y no puede menos que dar y regalar por su parte lo que ha tomado como regalo. Por tanto, el agradecimiento no sólo me hace feliz y rico a mí mismo, sino también a otros. Bert Hellinger.
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La ayuda al prójimo no puede convertirse en una instancia para tranquilizar la conciencia ni para alimentar al narciso que vive en nosotros. No sirve la ayuda que se da para verme como mejor cristiano. Jesús no ayudó a los pobres para tran quilizar su conciencia ni para demostrar a los demás su poder, sino que los ayudo porque se compadeció del hambre, de la sed, de la desnudez, y de la esclavitud en la que se encontraban. Dios se ha compadecido de nosotros, ha volcado sobre nosotros un amor tal que no renuncio a entregar su vida para rescatar la nuestra. P. Javier Rojas SJ
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El Espíritu puede soplar donde quiera, pero uno tiene que ubicarse en un lugar para recibirlo, así como uno tiene que abrir una ventana o ir afuera para sentir la brisa. O, dicho de otro modo, Saulo nunca hubiera tenido la experiencia de conversión que tuvo en el camino a Damasco si no hubiese estado, en principio, en el camino. Así pues, debemos encontrar caminos espirituales y recorrerlos. Chris Glaser
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Jesús nos lo aseguró: “No tengan miedo” nos dijo. Y también nos prometió: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.” Y a pesar de estas promesas genuinas del Dios encarnado vivimos con temores. Reales algunos, y frutos de nuestras inseguridades y dudas la gran mayoría… Y así transitamos la vida, con turbaciones y pánicos, que nos impiden crecer y vivir confiados. Tememos lo cotidiano, tememos el futuro, nos llenan de pavor los desenlaces de los caminos que vamos andando Tememos los encuentros con los demás y los desencuentros. Que si nos alcanzará el dinero, que si recuperaremos la salud, que si tal o cual me quiere o ha dejado de quererme, que si mañana lloverá o granizará… Tememos a las guerras ( con razón), pero evitamos pensar que las provocamos nosotros mismos, ambiciosos, deseosos de cuotas de poder y dominación…Tememos a las crisis sin apreciarlas como catapultas de crecimientos personales y comunitarios. Tememos que un amor se termine, o que me
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El 5 de febrero de 1991 partía el Padre Pedro Arrupe a la casa del Padre. Lo recordamos con éstas, sus palabras. “Si en alguna parte del mundo existe el hambre, nuestra celebración eucarística en todas partes del mundo es de alguna manera incompleta. En la Eucaristía recibimos a Cristo que tiene hambre en el mundo. Él nos sale al encuentro no solo, sino junto con los pobres, los oprimidos, los hambrientos de la tierra, que a través de él nos miran en espera de ayuda, de justicia, de amor expresado en acción. No podemos recibir plenamente el pan de la vida, si no damos al mismo tiempo pan para la vida de aquéllos que se encuentran en necesidad dondequiera que esté.” Pedro Arrupe sj. Congreso Eucarístico Filadelfia, 1976
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La felicidad consiste en aceptar y elegir la vida, no en padecerla con desgana. La felicidad nos llega cuando nosotros mismos elegimos ser lo que somos, ser nosotros mismos aquí y ahora; cuando elegimos la vida tal como es, con sus alegrías, sus sufrimientos y conflictos. La felicidad consiste en vivir y buscar la verdad con otros, en comunidad; consiste en ser responsables de nuestra vida y de la de los demás. Consiste en aceptar el hecho de que somos limitados, capaces sin embargo de entrar en una relación personal con lo Infinito, descubriendo así la verdad universal que trasciende toda cultura: cada persona es única y sagrada. Jean Vanier
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“Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas. Cuando llegue lo qu