«El interior del hombre»
Domingo 11 de marzo - III de Cuaresma En estos últimos días, y a raíz de varios acontecimientos, he quedado sorprendido al comprobar que muchas personas no quieren llenar el alma de proyectos y esperanzas. Se contentan con pequeñeces y viven sufriendo perder la miseria que han logrado construir en sus vidas. Se apegan a historias pasadas y a “edades de oro” que desean re editar. La persona que aspira a vivir creyendo que lo pasado fue siempre mejor, ha apostado ya por la mediocridad y ha empezado a tejer en su alma una maraña de angustia y de miedo. Todos podemos construir un mundo interior que se parezca más a un “mercado público” que a un templo sagrado. Este pasaje del evangelio de Juan, lleno de simbolismo, nos relata la acción purificadora que ejerce Jesucristo ante aquello que Él sabe es propiedad de su Padre; «El celo por tu casa me devora». El corazón del hombre es propiedad de Dios. Dice Juan que Jesús «encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y p