“Madre, quiero ser pobre, abandonarme en las manos del Padre totalmente, darle todo mi ser, mi vida, mis proyectos y mis sueños. Madre, quiero seguir tus pasos, decir junto a vos <<Aquí estoy Señor contigo, para hacer tu voluntad>>. Ayúdame a entregarme (aunque mi entrega me conduzca a la cruz) y a vivir la pobreza como protesta ante la injusticia y como solidaria entrega decidida a Cristo en los demás. Madre, quiero servir junto a vos. Hay hermanos que nos necesitan, les hace falta compañía, una palabra, techo, pan, trabajo digno, justicia, libertad, igualdad. Madre, ayúdame a descubrir el rostro pobre de tu hijo en los chicos de la calle, en los indígenas despojados, en los marginados y vagabundos, en los obreros sin trabajo, en los jóvenes drogadictos, en los enfermos de Sida discriminados, en las niñas-jóvenes, madres solteras, y en tantos otros que a diario claman ¡Dignidad, respeto, fraternidad! Madre quiero servir junto a vos, cantar