Homilía del Santo Padre en Corpus Christi "El Señor tu Dios… te nutrió con el maná, que tú no conocías” (Dt 8,2). Estas palabras del Deuteronomio hacen referencia a la historia de Israel, al que Dios hizo salir de Egipto, de la condición de esclavitud, y al que durante cuarenta años guió en el desierto hacia la tierra prometida. Una vez establecido en la tierra, el pueblo elegido alcanza una cierta autonomía, un cierto bienestar, y corre el riesgo de olvidar los tristes acontecimientos del pasado, superados gracias a la intervención de Dios y a su infinita bondad. Entonces, las Escrituras exhortan a recordar, a hacer memoria de todo el camino hecho en el desierto, en el tiempo de la carestía y de la incomodidad. La invitación es a volver a lo esencial, a la experiencia de la total dependencia de Dios, cuando la supervivencia estaba confiada a su mano, para que el hombre comprendiera que “no vive sólo de pan, sino de cuanto sale de la boca del Señor” (Dt 8,3). Además del hambre...