Quiero cantar
la vida que empieza,
tararear las dudas
que a veces me detienen,
y convertir en música
las lágrimas.

Quiero hacer
una balada de justicia
y una samba
para pronunciar
la paz en mil idiomas.

Que el perdón se cante
como un rumba
y la esperanza se anuncie
con tambor y trompeta.

Que la fe tenga
la letra de un bolero
y tu historia,
fascinante y única,
sea un villancico
para todo el año.
  • José Mª Rodríguez Olaizola, sj

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