Dar las gracias me hace grande. Pues cuando doy las gracias tomo algo como regalo de otros. Me enriquece porque lo tomo. Al mismo tiempo, lo que tomo agradecidamente se hace imperdible para mí. Las gracias me permiten guardarlo y multiplicarlo. Actúan como el sol y la lluvia caliente sobre una joven planta. La hacen madurar.
El agradecimiento une. Hace prosperar nuestras relaciones. Y, a la inversa, quien toma agradecidamente, se ensancha en su interior y no puede menos que dar y regalar por su parte lo que ha tomado como regalo. Por tanto, el agradecimiento no sólo me hace feliz y rico a mí mismo, sino también a otros.
Bert Hellinger.

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