¿Te ocurre que en ocasiones no puedes disfrutar de lo que estás viviendo por estar preocupado de otras cosas?  La dificultad por la que nos sentimos vacíos muchas veces es porque no hemos aprendido a disfrutar lo que vivimos. Parece como si estuviéramos programadas para tener nuestros pensamientos en aquellas cosas que están pendientes o en los problemas que tenemos que resolver. Toda nuestra energía mental está casi siempre acusándonos del error que hemos cometido o de las “muchas cosas” que aún nos queda por hacer, mientras el acontecimiento real pasa sin que nos demos cuenta. Aprender a disfrutar de las cosas buenas que vivimos es una cualidad que conjuga lo mejor del presente, del pasado y del futuro. Es en el presente donde dejamos de lado las acusaciones para mirar nuestra vida en el horizonte de un aprendizaje. El pasado nos da memoria y aprendizaje. Es en el presente donde aprendemos a valorar lo que tenemos cuando somos capaces de dejar de lado las cosas pendientes para centrarnos en lo que hacemos. Cuando vivimos valorando lo que acontece en el presente estamos más abiertos también para descubrir cualidades y talentos propios. El futuro no es una amenaza que requiera de nuestro control, sino el horizonte donde podemos vivir lo que hemos aprendido en el presente. 

P. Javier Rojas, sj

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