"El camino de purificación se lleva a cabo mediante el proceso de la “indiferencia”: que no es sino una confianza última en la realización de lo que anhelamos y una pacificación de lo apasionado de nuestros pensamientos. Desear y elegir “solamente” lo que más conduce al fin que buscamos es vivir una amistosa separación del pensamiento y de la pasión en lo que concierne a la orientación de la vida...Las principales barreras en la comunicación son las pasiones, de tal manera que el fruto acabado de la purificación del corazón es el poder comunicarse con total transparencia y franqueza con el que acompaña. Se requiere tiempo y paciencia para ir alcanzando una comunicación “en el Espíritu”.
Xavier Quinzà Lleó, sj
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