Señal de Dios
Día 12
Con Jesús por la mañana. “Suspiró profundamente y dijo: ¿Para
qué pide una señal esta generación? Les aseguro que a esta generación no se le
dará una señal” (Mc 8, 12). Esperando cosas espectaculares para convencernos de
la presencia de Dios en nuestras vidas nos perdemos de las señales cotidianas
que nos hablan del Amor incondicional del Creador. Sólo basta prestar atención
a lo que te rodea cada día, la maravilla de lo creado, las plantas, los aromas,
los paisajes, las personas que amas y quienes te aman. Agradece las señales de
Dios y ofrece el día por la intención del mes.
Con Jesús por la tarde. ¿Qué tengo que
aprender? Aprender es
expandir la vida, abrirle las puertas a nuevas realidades. La búsqueda de la
verdad nos abre a un aprendizaje constante. Cada persona, cada circunstancia
aunque resulten desagradables son una pequeña “escuela”. Si cultivas la
disposición interior al aprendizaje, encontrarás belleza a cada momento, pues
descubrirás que todo te deja un mensaje. No juzgues lo que vivas, déjate
sorprender y pregúntate ¿Qué tengo que aprender de esto que me sucede? Apunta
los aprendizajes de hoy.
Con Jesús por la noche. Elegir la vida. Toma consciencia de cómo te sientes
ahora. Agradece los pequeños detalles que te llenaron de alegría y esperanza.
Mira la dirección general de lo vivido ¿Has elegido la vida? ¿Has amado? o ¿Has
quedado fijado al mal humor o al enfado? Habla con Dios y comprométete para mañana
a elegir la vida, a abrazar, ayudar, servir, sonreír, a besar.
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