El Espíritu Santo es la presencia de Dios con nosotros,
junto con nuestro espíritu.
Sin Él, Dios queda lejano.
Cristo permanece en el pasado;
el Evangelio es letra muerta;
la Iglesia, una simple organización;
la autoridad, un despotismo;
la misión, una propaganda;
el culto, un puro recuerdo;
el actuar cristiano, una moral de esclavos.
Ignace Hazim, Obispo de la Iglesia Oriental.



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