En ocasiones, nos olvidamos que Dios quiere nuestra amistad. Que está interesado en mantener con nosotros esa relación recíproca de amor y confianza. Que nuestro amor no le es indiferente y que comparte con nosotros la alegría de ser nuestro amigo. Dios es feliz porque existes. Tu vida, es para Él motivo de alegría. ¿Qué sentimientos surgen en ti al leer esto? ¿Puedes percibir la alegría de Dios por ti?
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