«Dios nos acepta tal como hemos sido y somos, como limitados
y pecadores. Esta conciencia parece indispensable para asumir en paz y de forma
positiva nuestro pasado y presente con sus culpas, responsabilidades, traumas,
complejos, equivocaciones, omisiones, frustraciones y rencores, etc. Hemos de
aceptar nuestra propia historia humana, para convertirla en «historia de
salvación». Fernando Martínez Galdeano - Cambiar de adentro a fuera
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