"...en una humanidad dividida
por las enemistades y las discordias,
tú diriges las voluntades
para que se dispongan a la reconciliación.
Tu Espíritu mueve los corazones
para que los enemigos vuelvan a la amistad,
los adversarios se den la mano
y los pueblos busquen la unión
Con tu acción eficaz consigues
que las luchas se apacigüen
y crezca el deseo de la paz;
que el perdón venza al odio
y la indulgencia a la venganza."
PLEGARIA EUCARÍSTICA SOBRE LA RECONCILIACIÓN II
La reconciliación con Dios, fundamento de la concordia humana.
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