Despojarse de lo innecesario
Día 4
Con Jesús por la mañana. «Los discípulos recordaron lo que está
escrito: el celo de tu casa me devora» (Jn 2, 13-25). «Los cristianos detenidos
al “se ha hecho siempre así” tienen un corazón cerrado a las sorpresas del
Espíritu Santo y jamás llegarán a la plenitud de la verdad porque son idólatras
y rebeldes» (Papa Francisco). ¿Qué relaciones o actividades te esclavizan y en
qué dimensiones de tu vida te sientes libre? Descubre a Dios en las decisiones
que liberan y que sacan lo mejor de ti. ¡Suelta aquello que te ata y te quita
paz! Ofrece tu día por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde. Esclavos de
nosotros mismos. Después
de recorrer tu mañana, haz una pausa y pide a Dios que te ayude a reconocer el
modo en el que nos esclavizamos a algunos “valores” del mundo de hoy como la
tecnología, la moda, el consumismo, la imagen corporal, los logros académicos,
dejando de lado otros que nos ayudarían a crecer en “humanidad”, como la
fraternidad, la generosidad, el tiempo compartido, el servicio gratuito, el
amor desinteresado. ¿Qué valores reflejan tus decisiones cotidianas? ¿A qué
realidades le dedicas tiempo y energía?
Con Jesús por la noche. Sembradores de
esperanza. Aquieta el
corazón. Agradece lo vivido desde el amanecer. ¿Qué situaciones han sido un
problema para ti hoy? Hazte consciente del ánimo con que los viviste. ¿Siembras
esperanza o te desanimas y contagias desánimo en los demás? De ti también
depende construir un mundo esperanzado y abierto a los demás. ¿De qué modo
podrías contribuir mañana a construir esperanza? Concreta y apunta un
propósito.
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