Multiplicar y compartir



Día 10

Con Jesús por la mañana. “Me da lástima esta gente, ya llevan tres días junto a mí y no tienen qué comer” (Mc 8, 2). “Jesús razona según la lógica de Dios, que es aquella del compartir. ¡Cuántas veces nosotros nos damos vuelta hacia otro lado con tal de no ver a los hermanos necesitados! Y este mirar hacia otro lado es un modo educado de decir, con guantes blancos, “arréglenselas solos”. Y esto no es de Jesús: esto es egoísmo” (Papa Francisco). Comparte algo material con quien necesite. Da de lo que tienes. Ofrece tu día por la intención del mes.

Con Jesús por la tarde. Ausencia de Dios. La ausencia de Dios en el alma es desolación. “Nuestro común enemigo pone todos los inconvenientes posibles, poniéndonos muchas veces tristeza sin saber nosotros por qué estamos tristes… y venimos en parecer que en todo estamos apartados del Señor nuestro” (San Ignacio de Loyola). ¿Sientes sequedad en el alma, desgano y pesadez espiritual? Continúa apuntando las experiencias espirituales y pide al Señor que te ayude a reconocer cómo te encuentras.

Con Jesús por la noche. Reconocer las dificultades. Respira hondo y cierra tus ojos. Mira el día, reconoce esa gracia especial recibida y agradécela. Busca en tu corazón esos sentimientos de miedo, desconfianza y enojo que te envolvieron hoy. Descubre si llegaron a dominarte ¿Qué actitudes despertaron en ti? ¿Qué mensaje te dejaron? Ofrece lo vivido y pide a Dios que te abrace en su amor. Apunta un propósito para mañana. 

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