Effetá
Día 9
Con Jesús por la mañana. “Lo tomó, lo apartó de la gente y, a
solas, le metió los dedos en los oídos;” (Mc 7, 33). Jesús
tiene un trato personal contigo, te busca y quiere encontrarte a solas, allí
abrirá tus oídos y te hablará al corazón. Déjate encontrar por Jesús. ¿Qué
te cuesta escuchar en este tiempo? ¿De qué sorderas querrías que Jesús te
curara? Pide a Jesús que te diga “effatá-ábrete”, para que tus oídos se abran a
su voz y tu corazón se ensanche para servir a tus hermanos. Ofrece el día por
la intención del mes.
Con Jesús por la tarde. El consuelo de
Dios. El oficio de Dios
es consolar, y el lenguaje del consuelo es gozo, iluminación y descanso al
alma. “Finalmente con esta divina consolación todos los trabajos son placer y
todas las fatigas descanso. El que camina con este fervor, calor y consolación
interior, no hay carga tan grande que no le sea muy dulce” (San Ignacio de
Loyola). ¿Dios te consuela en este tiempo? Toma conciencia de esta experiencia
y apúntala. Agradece al Señor su visita.
Con Jesús por la noche. Mirar los
sentimientos. Serena
las ideas y recoge tus emociones. Descubre algún detalle de cariño que hayas
recibido y agradécelo. Mira en tu corazón los sentimientos de amor, de alegría y
paz que has sentido hoy. ¿Recuerdas las circunstancias que los despertaron?
Disfrútalos y conversa con el Señor de ellos. Ofrécelos y pide lo que deseas
para mañana.
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