María Madre de la Iglesia
Día 1
Con Jesús
por la mañana. «María conservaba estas cosas en su corazón»
(Lc 2, 16-21). “Lejos de querer entender o adueñarse de la situación, María es
la mujer que sabe conservar, es decir proteger, custodiar en su corazón el paso
de Dios en la vida de su Pueblo. Desde sus entrañas aprendió a escuchar el
latir del corazón de su Hijo y eso le enseñó, a lo largo de toda su vida, a
descubrir el palpitar de Dios en la historia” (Papa Francisco). Inicia el año
regalándote un tiempo a solas con Dios. Ofrece tu día por la intención del Papa
para este mes.
Con Jesús
por la tarde. En el principio el amor. El amor que Dios te tiene
es la fuerza creadora de tus talentos, de tus ganas de vivir, de tu energía
para hacer cosas y compartir con los demás. Tu bondad y tu belleza son un
reflejo del amor de la Trinidad que te habita. Continúa con el propósito de la
mañana y descubre en la soledad del diálogo con el Señor todo lo bueno que ha
sembrado en tu persona. Apunta lo que descubras y admira la belleza creada en
ti. Repite al compás de tu respiración: “Te doy gracias Señor por tu amor”.
Con Jesús por la noche.
Dejarse mirar. Busca un lugar tranquilo y respira profundamente. Aquieta el
corazón. ¿Qué acontecimientos te han
hecho feliz? ¿Por quienes te has sentido amado, estimado, valorado? Quédate
unos minutos disfrutando de ello. Agradece el día que has vivido. Disponte a
iniciar tu día de mañana llevando amor en tu corazón para entregar a los demás.
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