Tiempo para los demás
Día 26
Con Jesús por la mañana. “A veces nos parece que perdemos el
tiempo cuando atendemos a un pobre... Nos parece que sus problemas no valen
nuestro tiempo. ¿Tiempo perdido? No, Cristo, por cada uno de ellos bajó del
cielo” (San Alberto Hurtado). El tiempo nos ha sido dado para servir. ¿Cómo
empleas tus horas? ¿Dedicas tiempo a estar con tu familia y amigos o te aturdes
con actividades que te aíslan de los demás? Descubre la belleza de “estar en
los vínculos”. Llama a un amigo, toma con él un paseo, escucha sobre la marcha
de su vida. Ofrece lo de hoy por los artistas.
Con Jesús durante el día. “En aquel tiempo, Jesús dijo: Ustedes
no se dejen llamar ‘maestros’, pues uno solo es su Maestro, y todos ustedes son
hermanos” (Mt 23,8). ¿A quién buscas cuando sirves? ¿Te entristece la falta de
agradecimiento cuando realizas algún servicio? ¿Te sientes hermano de tus
hermanos aún en las disidencias? Repite al ritmo de respiración: “Dame tu amor
y gracia para amar como Tú”.
Con Jesús por la noche. Bautiza el día. Serénate y toma contacto con tu
interioridad. ¿Cómo ha sido tu día? ¿Qué imágenes han quedado grabadas en el
corazón? ¿En qué momento has sentido plenitud? ¿Qué sentimiento habita tu
corazón ahora? ¿Cómo llamarías a tu día y por qué? Toma nota y agradece a Dios
lo vivido.
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