Cristo, camino al Padre
Día 20
Con Jesús por la mañana. “Cristo no es un modelo bajado del
cielo para servir de inspiración a Leonardo da Vinci ni a Rafael, para que sus
cuadros hermoseen los salones, ni subió a la cruz para que su imagen de marfil
o de bronce adorne un dormitorio... ¡No! Él vino a reclamar nuestras vidas para
elevarlas hasta el Padre” (San Alberto Hurtado). El cristianismo no es moda ni
elemento decorativo, es un estilo de vida inspirado en Jesús. ¿El trato que das
a tus hermanos es el modo de Jesús? Sonríe y mantén un trato afable. Ofrece la
jornada por la intención del Papa.
Con Jesús durante el día. “Una mujer cananea, procedente de la
región de Tiro y Sidón, se puso a gritar: ¡Señor, hijo de David, ten piedad de
mí! Mi hija es atormentada por un demonio” (Mt. 15,22). Sabiendo que Jesús vino
a liberarnos de todo aquello que nos atormenta y perturba reflexiona: ¿Qué es
lo que te inquieta en este tiempo y te quita la paz? Repite lentamente: “Señor,
ten piedad de mi” y continúa con confianza con el propósito del día.
Con Jesús por la noche. Recoge la
semana. Vuelve a la
calma y recoge tu semana. ¿Qué acontecimientos recuerdas con más fuerza? ¿Qué
sentimiento ha predominado? ¿Qué encuentros te han alegrado la semana? ¿Qué has
aprendido? ¿Qué quieres agradecer a Dios? ¿De qué te arrepientes? Toma nota de
lo queda en tu corazón y agradece. Disponte a iniciar una nueva semana.
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