Entrega y felicidad
Día 14
Con Jesús por la mañana. “La felicidad es una realidad en el
cristianismo, y solo en el cristianismo; pero esa realidad echa sus raíces
hondas en el sufrimiento, en la abnegación, en el dolor, se nutre de renunciamiento
y de sacrificio: el grano de trigo, si no muere permanece solo; para que dé
fruto es necesario que muera, y entonces dará fruto abundante” (San Alberto
Hurtado). ¿Percibes la felicidad de una vida entregada a los demás? Ofrece tu
día por la intención del Papa y saluda con una sonrisa a todas las personas con
quienes te encuentres hoy.
Con Jesús durante el día. “Cuando recorrían juntos Galilea, Jesús
dijo a sus discípulos: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los
hombres, lo van a matar y al tercer día resucitará. Ellos se entristecieron
mucho” (Mt 17,22-23). ¿Aceptas el dolor o el sufrimiento como parte natural de
la vida? ¿Buscas el mensaje de Dios en el sufrimiento o te quedas solo
relamiendo tus heridas? Al ritmo de la respiración repite: “Dame Señor un
corazón contento”.
Con Jesús por la noche. Escucha tu
corazón. Haz silencio
interior, toma distancia de las actividades del día. ¿Qué movimientos
interiores has experimentado hoy? ¿Paz, alegría, tristeza, enojo, esperanza,
amor, confianza? ¿En qué ocasión has sentido con más fuerza la presencia de
Dios? ¿Qué ha quedado en tu corazón al final del día? Apunta lo que descubras.
Entrega tu descanso y disponte a iniciar una nueva jornada.
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