Tomar lo propio
Lunes
5
Con
Jesús por la mañana. Dios
ama sin condiciones. Así como se compadeció de los que sufrían a su paso y los
aliviaba, así también te mira hoy con ternura y desea aliviar aquello que
aqueja tu corazón. Toma lo que es tuyo, ese dolor que te apena, esa tristeza
que no cura, ese perdón que no llega o que no puedes dar, ese miedo que te
paraliza, esa distancia que te duele, y entrégalo a Jesús para que lo cure y te
lo devuelva renovado. Ofrece todo lo que hoy vivas por las intenciones del
Papa. Reza por aquellos a los que desearías perdonar y por los que te deben
perdonar a ti.
Con
Jesús durante el día. «Jesús
dijo al paralítico: Levántate, carga con tu camilla y vuelve a tu casa. Al
instante se levantó delante de todos, cargó con lo que había sido su camilla, y
se fue a su casa dando gloria a Dios» (Lc 5, 24-25). ¿Qué situaciones te tienen
paralizado? ¡Levántate! no te rindas. Repite al ritmo de la respiración
«Levántate… y vuelve a tu casa…» mientras continúas poniendo en práctica el
propósito del día.
Con
Jesús por la noche. Agradece
lo vivido hoy. Haz la señal de la cruz. Respira hondo. Pide cuentas a tu
corazón de lo que has vivido desde la hora en que te levantaste. ¿Qué lugares
has recorrido? ¿Qué momento te ha llenado de felicidad? ¿En qué momento has
sentido agobio? ¿Qué quieres agradecer a Dios?
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