Ofrecidos a Dios
Jueves
29
Con
Jesús por la mañana. Aunque
Dios nazca mil veces en Belén, quiere nacer en tu corazón. El nacimiento de
Jesús es esperanza para la humanidad. Dios nació para ti, para vivir contigo la
aventura humana. Recíbelo en tu corazón, hazle un lugar, cobíjalo. Su
nacimiento no es sólo un acontecimiento ocurrido hace dos mil años, es una
invitación que te hace hoy. ¡Déjalo nacer en ti! Despójate del hombre viejo y
renueva tu vida. Haz en ti un lugar, como lo fue Belén. Deja que Jesús haga
fecunda tu vida. Ofrécete para ser el pesebre en el que Jesús nazca hoy. Reza
por las intenciones del Papa, «Para que en ninguna parte del mundo existan
niños soldados.»
Con
Jesús por la tarde. «Y
cuando llegó el día de su purificación, de acuerdo con la ley de Moisés, lo
llevaron a Jerusalén para presentárselo al Señor, como manda la ley: Todo
primogénito varón será consagrado al Señor» (Lc 2, 23). ¿Qué pensamientos y
sentimientos hay en ti? Mantén tu corazón en Jesús. Repite al ritmo de la
respiración «Crea en mí, Señor, un corazón puro…» mientras continúas poniendo
en práctica el propósito del día.
Con
Jesús por la noche. Da
gracias y pide luz. Dios estuvo hoy contigo, la riqueza y la sabiduría interior
crecerán, si reconoces el paso de Dios por los acontecimientos que vives.
Agradece las vivencias, experiencias, encuentros, lugares, personas de hoy.
Pide luz… ¿Alguien necesita que le pidas perdón? ¿Hay necesidad de enmendar
algo?
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