Escuchar el clamor



Miércoles 28

Santos Inocentes

Con Jesús por la mañana. «Tal vez ese niño llora. Llora porque tiene hambre, porque tiene frío, porque quiere estar en brazos… También hoy lloran los niños, lloran mucho, y su llanto nos cuestiona. En un mundo que desecha cada día toneladas de alimento y de medicinas, hay niños que lloran en vano por el hambre y por enfermedades fácilmente curables. En una época que proclama la tutela de los menores, se venden armas que terminan en las manos de niños soldados; se comercian productos confeccionados por pequeños trabajadores esclavos. Su llanto es acallado. ¡El llanto de estos niños es callado! Deben combatir, deben trabajar, no pueden llorar.» (Papa Francisco). Rezamos especialmente por los niños y nos unimos al Papa ofreciendo todo nuestro día por la intención mensual: Para que en ninguna parte del mundo existan niños soldados.

Con Jesús por la tarde. «Se levantó todavía de noche, tomó al niño y a su madre y partió hacia Egipto, donde residió hasta la muerte de Herodes» (Mt 2, 14). Acércate a algún niño necesitado y ayúdalo.  Repite al ritmo de la respiración «Señor, dame un corazón compasivo…» mientras continúas poniendo en práctica el propósito del día.

Con Jesús por la noche. Agradece los encuentros. Trae a la memoria las personas que hoy encontraste. ¿Recuerdas algún encuentro de manera especial? ¿Qué te ha hecho sentir? ¿Qué conversación recuerdas especialmente? ¿Por quiénes quieres agradecer?  


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