¿A dónde vas tan apurado?
Con Jesús por la mañana. Santo Tomás Apóstol. Somos de
Dios. ¿A dónde vamos tan apurados en
esta vida? ¿Detrás de qué propósitos? Nuestro corazón ansía siempre más, un fin
mayor, un propósito más grande que lo contenga y lo llene, pues al final de los
muchos logros seguimos sintiendo hambre de más. Si tu nombre está en el cielo,
tu rostro siempre está delante de la mirada de Dios, junto a los nombres y los
rostros de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos. Hemos sido
llamados a una alegría más honda y duradera, la que deriva de ser amados y
elegidos de Dios. Ofrezco mi día por las intenciones del Papa. ¿Qué lugar tiene
Dios en mi proyecto de vida? ¿Qué lugar le hago a la felicidad de los demás?
Con Jesús durante el día.
«Alégrense de que sus
nombres están escritos en el cielo» (Lc 10, 20). Piensa, ¿qué sacrificio
puedo hacer hoy para los demás? Renunciaré a una pequeña comodidad para hacer
sentir más a gusto a algún miembro de mi familia, compañero de trabajo,
personas cercanas en el día.
Con Jesús por la noche.
Al cerrar el día agradezco a Jesús. ¿Pude demostrar a otros que su
felicidad me importa? ¿Hice lugar a Dios en mi vida hoy? Pido perdón. Mañana
incluiré a Dios y a mis hermanos en mi agenda diaria. Pido para que los pueblos
aborígenes encuentren un espacio en el mundo para ser felices y proyectarse con
dignidad.
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