Existen
personas que son extremadamente críticas con ellas mismas. A veces, incluso, se
maltratan de tal modo que su autoestima y autovaloración caen en un precipicio
del que les resulta muy difícil salir.
Es muy sano
observar lo que hacemos, decimos, pensamos y sentimos. De la observación
saldrán los arrepentimientos, los deseos de enmienda, los pedidos de perdón y
el reconocimiento de la maravillosa misericordia de Dios…pero si quedamos mortificados,
golpeados y nos sentimos desgraciados, es que algo hemos hecho mal.
No te
castigues. No te maltrates. Intenta corregirte, pero sin lastimarte.
Aprueba tus
logros, tus pequeños pasos hacia el mejoramiento de tu propia persona…No
olvides orar con fe filial, de hijo confiado en el Padre.
Dios no te
maltrata. No lo hagas tú.
@Ale
Vallina
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