El amor se opone a dos actitudes bastantes difundidas. En
primer lugar, la indiferencia entendida como insensibilidad, rigidez de mente,
falta de corazón. En segundo lugar, el egocentrismo y desinterés por los demás.
En estos tiempos tan críticos nada hay más importante que
cuidar humildemente lo esencial: el amor sincero a Dios alimentado en
celebraciones sentidas y vividas desde dentro; el amor al prójimo fortaleciendo
el trato amistoso entre los creyentes e impulsando el compromiso con los
necesitados. Contamos con el aliento de Jesús.
José Antonio Pagola
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