La justicia es una virtud difícil, muy difícil, cuya
práctica exige una gran dosis de rectitud y de humildad. Hay mucha gente que
está dispuesta a hacer obras de caridad, a fundar un colegio, un club para sus
obreros, a darles limosnas en sus apuros, pero que no puede resignarse a lo
único que debe hacer, esto es, a pagar a sus obreros un salario bueno y
suficiente para vivir como personas...
San Alberto Hurtado
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