Evangelio de hoy
Jesús puso esta comparación a sus discípulos: ¿Acaso puede un ciego servir de guía a otro ciego? ¿No caerán los dos en algún hoyo?
Ningún discípulo es más que su maestro: cuando termine sus estudios llegará a ser como su maestro.
¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tienes en el tuyo?
Y si no te das cuenta del tronco que tienes en tu propio ojo, ¿cómo te atreves a decir a tu hermano: “Hermano, déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo”?
¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo.
Lc 6, 39-42
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