Ser buenos con el prójimo y con uno mismo no es nada fácil. Ser cristianos coherentes no es fácil… Supone un continuo caminar sobre un sendero donde hay pendientes, curvas abruptas y precipicios a los que es necesario esquivar. La meta, sin ninguna duda es llegar a encontrar a Dios en todas las personas y en todas las cosas. Ser uno en armonía con el Universo…
Alguien puede asegurar que ya lo logró? Qué ya es ciento por ciento bueno?
Sabemos que es una tarea descomunal .Enorme. Y sólo se puede emprender de la mano de Dios, porque Él se donó a Sí mismo en su Hijo, y es la Bondad en su expresión máxima.
En los niños pequeños la benevolencia brota de manera natural. Pero a poco de ir andando, descuidamos esa inocencia con la que llegamos a la vida, y comenzamos a querer imponer nuestros criterios soberbios y antojadizos al propio Dios…
Sólo con la paciencia de un escultor y con la destreza y cuidados de un orfebre, construiremos y re construiremos la bondad a lo largo de la vida…
Sigamos siendo artistas auxiliados por el Gran Artista… No desistamos en afanarnos por ser “buena gente”, aunque sepamos de antemano que la nuestra será una obra siempre inconclusa…
Ale Vallina
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