El Padre Javier Rojas sj ha tenido un pequeño inconveniente y no contaremos con la homilía de este domingo. Me alentó a que escribiera una pequeñita reflexión sobre el evangelio de este día. Y eso he hecho. Es muy sencillita y carece del vuelo e interpretaciones a las que nos tiene acostumbrados el padre. Pero no deseábamos pasar este día sin una meditación de la Palabra.
Les pido disculpas por la sencillez y por este atrevimiento. Pero ha sido el mismo padre Javier el que me lo ha solicitado.
Ale
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Mc 1, 14-20
Jesús, en este evangelio nos invita a convertirnos y a creer en la Buena Nueva. Creer en la Buena Noticia es creer en todo lo que Él nos dijo. Que Dios es Padre y no juez. Que no tengamos miedo. Que pongamos la otra mejilla ante las ofensas. Que tenemos una Madre, que es la Suya. Que Él es el camino para llegar al Padre. Que Él y el Padre son uno. Que es el Buen Pastor que nos busca a nosotros, sus ovejas perdidas, para darnos nueva vida a su lado. Que si queremos ser grandes, nos hagamos servidores pequeños . Que pidamos en oración y se nos dará, y que si buscamos encontraremos. Que el que no está con Él, está contra Él. Que el que si nos arrepentimos seremos perdonados. Que aprendamos de Él que es manso y humilde de corazón. Que Él es el Pan de Vida. Y el Caliz de salvación. Que Él es la Resurrección y que el que crea en Él no morirá jamás. Que permanezcamos en Su amor. Que no juzguemos y no seremos juzgados. Nos dijo en la última cena “Este es mi cuerpo y esta es mi sangre”, donándose así, Él mismo en cada Eucaristía…Que no tengamos miedo pues está a nuestro lado hasta el fin de los tiempos…
Todo esto es “Buena Noticia”… Buena Nueva que Jesús nos vino a regalar en amorosa comunicación…
También en este evangelio Jesús nos pide conversión. Nos invita a vivir de otra manera. Más libre, más humano-divina, una vida mejor…Proceso difícil pero no imposible. Si Jesús nos lo propone es porque podemos lograrlo, con su ayuda, con nuestra voluntad al servicio del bien, pero sobre todo con “Su” gracia. Conversión que es de cada día, de cada instante, de cada elección que hagamos en cada momento del día hasta que partamos definitivamente a la casa del Padre…
Leyendo el evangelio de hoy, me quedo con lo que le dijo Jesús a los discípulos que fue llamando: que seguirían siendo pescadores, pero no ya de peces, si no de hombres…Y eso nos dice a nosotros. Que lo sigamos, pero sin ser otros que no somos. Que continuemos con nuestras actividades cotidianas, pero teniendo el Reino como meta. No nos pide que seamos distintos, sino mejores , con nuestras actividades diarias, pero ahora puestas a Su servicio.
Convertirnos, creer en la Buena Nueva y seguirlo…
Con tu ayuda, Señor… Con tu ayuda...
Ale Vallina
Les pido disculpas por la sencillez y por este atrevimiento. Pero ha sido el mismo padre Javier el que me lo ha solicitado.
Ale
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Mc 1, 14-20
Jesús, en este evangelio nos invita a convertirnos y a creer en la Buena Nueva. Creer en la Buena Noticia es creer en todo lo que Él nos dijo. Que Dios es Padre y no juez. Que no tengamos miedo. Que pongamos la otra mejilla ante las ofensas. Que tenemos una Madre, que es la Suya. Que Él es el camino para llegar al Padre. Que Él y el Padre son uno. Que es el Buen Pastor que nos busca a nosotros, sus ovejas perdidas, para darnos nueva vida a su lado. Que si queremos ser grandes, nos hagamos servidores pequeños . Que pidamos en oración y se nos dará, y que si buscamos encontraremos. Que el que no está con Él, está contra Él. Que el que si nos arrepentimos seremos perdonados. Que aprendamos de Él que es manso y humilde de corazón. Que Él es el Pan de Vida. Y el Caliz de salvación. Que Él es la Resurrección y que el que crea en Él no morirá jamás. Que permanezcamos en Su amor. Que no juzguemos y no seremos juzgados. Nos dijo en la última cena “Este es mi cuerpo y esta es mi sangre”, donándose así, Él mismo en cada Eucaristía…Que no tengamos miedo pues está a nuestro lado hasta el fin de los tiempos…
Todo esto es “Buena Noticia”… Buena Nueva que Jesús nos vino a regalar en amorosa comunicación…
También en este evangelio Jesús nos pide conversión. Nos invita a vivir de otra manera. Más libre, más humano-divina, una vida mejor…Proceso difícil pero no imposible. Si Jesús nos lo propone es porque podemos lograrlo, con su ayuda, con nuestra voluntad al servicio del bien, pero sobre todo con “Su” gracia. Conversión que es de cada día, de cada instante, de cada elección que hagamos en cada momento del día hasta que partamos definitivamente a la casa del Padre…
Leyendo el evangelio de hoy, me quedo con lo que le dijo Jesús a los discípulos que fue llamando: que seguirían siendo pescadores, pero no ya de peces, si no de hombres…Y eso nos dice a nosotros. Que lo sigamos, pero sin ser otros que no somos. Que continuemos con nuestras actividades cotidianas, pero teniendo el Reino como meta. No nos pide que seamos distintos, sino mejores , con nuestras actividades diarias, pero ahora puestas a Su servicio.
Convertirnos, creer en la Buena Nueva y seguirlo…
Con tu ayuda, Señor… Con tu ayuda...
Ale Vallina
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