Cuántas veces nos preguntamos con impaciencia porqué las cosas no se dan en "nuestros tiempos".
Cuando la impaciencia nos gana perdemos la perspectiva y nuestra mirada se nubla al punto de casi no poder ver.
Hay tiempo para todo y todo a su tiempo...Cada cosa llega cuando debe llegar, ni antes ni después. Si pudiéramos comprenderlo y hacerlo carne, cuánto más tranquilo viviríamos!!!
Señor te pedimos la gracia de saber esperar que todo suceda cuando Tú lo decidas...
Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa
bajo el sol:
un tiempo para nacer y un tiempo para morir,
un tiempo para plantar y un tiempo para arrancarlo plantado;
un tiempo para matar y un tiempo para curar,
un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
un tiempo para llorar y un tiempo para reír,
un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;
un tiempo para arrojar piedras
y un tiempo para recogerlas,
un tiempo para abrazarse
y un tiempo para separarse;
un tiempo para buscar
y un tiempo para perder,
un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;
un tiempo para rasgar y un tiempo para coser,
un tiempo para callar y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar y un tiempo para odiar,
un tiempo de guerra
y un tiempo de paz.
(Eclesiastés 3)
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