Entradas

Imagen
¡Claro que ya es tiempo de cambiar!!!...pero date la oportunidad de fallar, de caer, de errar en el camino. No te desanimes... si caes una y otra vez es porque estás en marcha, caminando. ¡No bajes los brazos! Cada paso que das estás más cerca... ¡Ánimo! ¡Arriba!... no hay tiempo para los lamentos.. ¡Ponte de pie y caminar...!!
Imagen
Señor, en este día simplemente volveremos a intentarlo... Poco a poco iremos aprendiendo a amar a los demás sin imponer nuestros modos pensar. Intentaremos ser un poco más paciente con aquellas cosas que no podemos cambiar según nuestros propios criterios. Hoy, Señor, saldremos un poco más de nosotros mismos para encontrarnos con los demás. Dejaremos la queja y la prisa a un lado y trataré de mirar el mundo con tus ojos. Hoy, Señor, queremos abrir el corazón sin miedo... con libertad. P. Javier Rojas, sj ¿Qué te gustaría intentar hoy para ser mejor?
Imagen
La capacidad humana para el autoengaño es increíble. La Escritura (Jr 17,9) así nos lo enseña, y la psicología nos  lo confirma. Algunas personas son muy hábiles a la hora  de engañar a los demás; sin embargo, su duplicidad parece  una nimiedad en comparación con las formas constantemente  creativas que todos y cada uno de nosotros tenemos  de engañar a nuestro yo. El autoengaño tiene lugar de manera automática. Esto  forma parte de aquello a lo que hacen referencia los psicólogos  cuando afirman que los mecanismos de defensa  operan en el inconsciente. También forma parte de lo aducen  los teólogos cuando hablan del pecado original. En  realidad, no tenemos por qué elegir el autoengaño. Es -por  usar la jerga informática actual- la opción por defecto. Normalmente, somos bastante hábiles a la hora de identificar  el autoengaño en los demás, en quienes vemos fácilmente  un rígido abrazo de amabilidad, en detriment...
Imagen
¿Por qué no interviene Dios para impedir que la gente haga el mal? ¿Cómo puede Dios permitir los desastres naturales y los crímenes humanos, como el tsunami de diciembre de 2004, el huracán Katrina, el asesinato de niños, etc., que causan tantas víctimas? Las personas que sufren esos desastres y males podrían preguntarse qué significa ser amigos de Dios si no nos salva de esos horrores. ¿Cómo podemos llegar a un entendimiento con el mal en un mundo creado por un Dios compasivo que busca nuestra amistad? Dios no puede forzar a los seres humanos para que vivan a imagen suya. Tenemos libertad y podemos rechazar una vida conforme a los más altos ideales y esperanzas de Dios.  Nuestra negativa a prestar atención a los movimientos de nuestro corazón inspirados por Dios nos permite hacer mal a los otros. Todos nosotros, si somos sinceros sabemos que hemos hecho o dicho cosas que han herido a otros, aun cuando antes de llevarlas a cabo no nos hayan faltado escrúpulo...
Imagen
En ocasiones, nuestros comportamientos son más semejante a los lobos que a las ovejas... y nuestras palabras no reflejan la sencillez de la paloma sino más bien la "astucia" de la serpiente. La astucia a la que hace referencia Jesús en el evangelio de hoy es aquella en la que se muestra la habilidad para sacar bien del mal... y no sembrar el mal "bajo especie de bien". Para construir el Reino de Dios no sólo hace falta deseo y voluntad, sino también capacidad de apreciar el buen trigo en un campo lleno de cizaña...  Hoy podríamos reflexionar sobre la relación que tenemos con la "cizaña". O mejor aún, con los "lobos" que acechan el rebaño de Dios. ¿Cómo te relacionas con el mal? ¿Eres consciente que en ocasiones siembras el mal (discordia, división, etc) en lugar de rescatar lo bueno que existe? ¿Quieres arrancar la cizaña enseguida como los obreros de aquel campo? ¿Te resistes o pactas con el mal? ¿Transformas el mal con el bien? ¿Eres astut...
Imagen
“A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Solamente con estos detalles creen conocerle.”  El Principito , de  Saint- Exupéry .
Imagen
El cuento de los dos montañeros Hank y Jake son dos montañeros apasionados por la escalada; los dos son igual de buenos, pero tienen actitudes muy distintas con respecto a dicha escalada. Hank se centra por completo en la meta . Lo único que le importa es alcanzar la cima de la montaña lo antes posible. En cada paso que da, lo único que le importa es alcanzar la cumbre. Está tan concentrado en subir a la cima que difícilmente tolera tener que efectuar una parada para descansar. Y cuando se obliga a sí mismo a tomarse un descanso, no puede dejar de pensar en el tic-tac del reloj y en lo mucho que le falta todavía. Mientras escala, apenas experimenta alegría o satisfacción; siempre está presionándose a sí mismo para llegar a la cima y diciéndose continuamente que aún no ha llegado. Cuando, por fin, alcanza la cumbre, se siente encantado: lo ha logrado. ¡Huau! Un instante de gloria. Solo durante un breve instante, mientras contempla el panorama, la presión desaparece. Pero la...