Sólo Jesús
Día 25
Con Jesús por la mañana. “De pronto miraron a su alrededor y no
vieron más que a Jesús solo con ellos” (Mc 9,8). Tras que ese momento de
unificación y de anticipo de la Pascua que significó la transfiguración hubo
desaparecido, quedó sólo Jesús. En nuestra vida también ocurre que tras los
momentos de consuelo o de tristeza cuando toda ebullición u oleaje caen, sólo
queda Jesús que es quien está en el corazón de toda realidad habitándola. Mira
más allá de las apariencias y descubre a Dios en tu día ¿Dónde lo descubres?
Ofrece lo de hoy por la intención del mes.
Con Jesús por la tarde. ¿Cómo amas? Sólo Dios ama de manera absoluta y con
un amor puro e incondicional. Todos los demás amores, por bien intencionados
que sean, son limitados y están teñidos por las necesidades insatisfechas y los
traumas no resueltos. El amor que busca el bien de los demás respeta los
límites de la alteridad y deja que cada persona sea quien está llamada a ser.
¿Cómo amas? Reconoce los momentos en los que exiges un amor a “tu medida” y
tratas a los demás como una extensión de tu persona. Apunta lo que descubras.
Con Jesús por la noche. Cuidar los
dones. Recógete. Toma
consciencia de tu día y agradece los encuentros, las compañías, las palabras
que te han hecho bien. Mira lo vivido y descubre en qué momento te has sentido
libre en tus acciones y en armonía con tus hermanos. ¿Cómo podrías conservar y
cultivar esas actitudes en adelante? Pídele a Dios su punto de vista y apunta
un compromiso para cuidar la libertad en tus actitudes.
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