La otra orilla
Día 27
Con Jesús por la mañana. “Aquel
día al atardecer les dijo: Pasemos a la otra orilla” (Mc 4, 35-40). Atravesar
el lago hasta la otra orilla es atreverse a meterse en profundidad en aquellas
realidades que nos cuestan, dolores, dificultades, desaciertos, fracasos. Es
una invitación a soltar la seguridad de estar amarrados a la orilla de lo
conocido disponibles a la sorpresa de la profundidad. La otra orilla es el
signo del Dios que nos espera allí en lo profundo del corazón, y nos invita a
dejar atrás lo que no ayuda. Concreta algún pendiente. Ofrece tu día por la
intención del mes.
Con Jesús por la tarde. El arte de
escuchar. “Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar,
que es más que oír. Lo primero, en la comunicación con el otro es la capacidad
del corazón que hace posible la proximidad, sin la cual no existe un verdadero
encuentro espiritual. La escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra
oportuna que nos desinstala de la tranquila condición de espectador” (Papa
Francisco). Amar es también escuchar con el corazón y todos los sentidos. ¿Cómo
es tu escucha? Descubre que la escucha es abrazar el corazón del hermano. Amar
es un gesto concreto.
Con Jesús por la noche. Descubrir
el amor. Tómate un momento para pedir al Señor que te muestre
la belleza del día vivido, los lugares que recorriste, las personas que
encontraste, las tareas, el bien que has podido hacer y recibir, los aromas y
colores, la naturaleza y cada detalle del día. ¿Qué quieres agradecer? Disfruta
de este momento con Dios y disponte a vivir mañana en el Amor del Dios.
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