Intimidad
Día 24
Con Jesús por la mañana. “Cuando
se quedó a solas, los que le seguían junto con los Doce le preguntaron acerca
de las parábolas” (Mc 4, 1-20). “Esta sintonía profunda con el Señor madura en
la intimidad con el Señor y nos lleva a preguntarnos constantemente: ¿Qué es lo
que el Señor desea? ¿Cuál es su voluntad? ¿Qué es lo que a él le gusta?” (Papa
Francisco). Entra en la escena evangélica como si estuvieras con los Doce, y
habla con Jesús de lo que llevas en el alma, pregúntale y escucha lo que quiera
decirte. Ofrece el día por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde. Aprender a
estar. El amor nos pide tiempo. Amar requiere que
aprendamos a estar con quienes amamos compartiendo tiempo, cosas en común que
ayuden a profundizar el conocimiento mutuo. No se ama lo que no se conoce, y
conocer a otro exige tiempo dedicado a compartirse mutuamente en intimidad.
¿Dedicas tiempo a estar con Jesús en oración? ¿Dedicas tiempo a estar con los
más cercanos para conocer cómo va su vida, sus esperanzas, sus dolores, su vida
cotidiana? Repite al ritmo de tu respiración: “Señor que aprenda a estar, sólo
estar”.
Con Jesús por la noche. Dar
gracias. Cierra los ojos y respira hondo. ¿Cómo te sientes
en este momento? Pide a Jesús que te muestre los pequeños detalles de amor
gratuito. ¿Qué momentos han sido significativos para ti? Detente un momento a
dar gracias y saborear esos detalles. Mañana comenzaras el día recordando el
amor que has recibido para dárselo a los demás.
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