Instrumentos de Dios
Día 17
Día dos Novena de Navidad.
Con Jesús por la mañana. “¡En cuántas familias los nietos reciben
de los abuelos la primera educación en la fe! Pero el aporte beneficioso de los
ancianos puede extenderse a muchos otros campos. El Espíritu actúa cómo y dónde
quiere, sirviéndose no pocas veces de medios humanos que cuentan poco a los
ojos del mundo” (Juan Pablo II). Trae a la memoria a los mayores que han dejado
huella en ti. Agradece por ellos, llámalos y ten un gesto de cariño. Pide su
intercesión si están junto al Padre. Ofrece por todos los ancianos del mundo y
únete en oración al Papa.
Con Jesús por la tarde. “Apareció un hombre enviado por Dios,
que se llamaba Juan. Vino como testigo para dar testimonio de la luz, para que
todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz”
(Jn 1, 6-8). ¿Quiénes han sido testigos de Dios para ti? ¿Quiénes te hablaron
de Dios y te ayudaron a encontrarte con Jesús? Agradece por ellos. Actualiza el
propósito del día y repite al ritmo de tu respiración: “Gracias Señor por los
hermanos que me hablan de ti”.
Con Jesús por la noche. Pon un nombre a tu semana. Tómate un
tiempo tranquilo y mira tu semana. Recorre cada día. ¿Qué momentos han sido los
más significativos para ti? ¿Por qué? ¿En qué momentos has sentido paz? ¿En
cuáles no? Si puedes reconocer estas variaciones tendrás mayor claridad para
cuidar la paz de tu corazón. ¿Cómo llamarías a tu semana? Disponte a iniciar
una nueva semana con buen ánimo.
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