Guardar en el corazón
Día 23
Día ocho Novena de Navidad.
Con Jesús por la mañana. Guardamos en el corazón como en un cofre
experiencias vividas, que nos generan dolor, alegría, agradecimiento. Ellas se
hacen presente y vuelven a pasar por el “espacio” del corazón cuando las
recordamos. La plenitud de nuestra vida está vinculada en buena medida con las
vivencias guardadas y por los recuerdos que dejamos aflorar. ¿Qué has guardado?
¿De qué alimentas tu corazón? Haz un ejercicio de despedida de aquellas
vivencias pasadas que le quitan plenitud a tu presente. Acoge sólo lo que te da
vida. Ofrece lo que vivas por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde. “Todos los que se enteraron guardaban
este recuerdo en su corazón y se decían : ¡Qué llegará a ser este niño? Porque
la mano del Señor estaba con él” (Lc 1, 66). Los recuerdos que traes al
presente condicionan actitudes y deseos
ya que con ellos actualizas el pasado. ¿Cuáles son tus recuerdos más
frecuentes? ¿Te ayudan a vivir con plenitud o te desaniman? Repite al ritmo de
tu respiración: “Señor sana mis recuerdos”, mientras continúas despidiendo lo
que te quita libertad.
Con Jesús por la noche. Reconoce y aprende. ¿Qué experiencias te
enriquecen como persona? ¿Qué situaciones te alejan de los demás, de Dios y de
ti mismo? ¿Qué has aprendido hoy? Recuerda: la mejor inversión que podemos
hacer es vivir en la verdad porque eso nos hace realmente libres.
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