Santidad y belleza



Día 1

Con Jesús por la mañana. “La santidad es la perfección total: lo verdadero, lo bello y lo bueno dentro de uno mismo; un santo hace al mundo más rico, más bello, más bueno” (San Alberto Hurtado). Al inicio de este mes, ten presente en tu oración a los artistas, que con su creatividad contribuyen a crear un mundo mejor. También tú con tu trabajo abnegado y tus talentos puestos al servicio de tus hermanos estás llamado a embellecer el mundo. Cuida los detalles en tu tarea y ofrece el día por la intención del Papa.

Con Jesús durante el día. Jesús les dijo: «Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos que escuche» (Mt 13,43). ¿Tus actitudes invitan al seguimiento del Señor? ¿Das testimonio de tu fe a través del servicio a los demás? El amor, el bien y la belleza en este mundo dependen también de tu entrega y de tu trabajo. Repite en tu corazón: “Concédeme, Jesús, ser luz para los demás”. Continúa tu día ofreciendo tu trabajo al Señor.

Con Jesús por la noche. Repasa el día. Respira hondo y cierra los ojos. Repasa lo vivido desde el despertar. ¿Qué acontecimientos marcaron tu día? ¿Con quiénes te has encontrado? ¿Qué quieres agradecer a Dios? ¿Con qué sentimientos cierras el día? Apunta una frase, una palabra, que te ayude a cerrar el día y pide por las intenciones y necesidades de las personas que encontraste hoy. 

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