El camino
Día 14
Con Jesús por la mañana. No nos
quedemos nunca sin Jesús. Él es la garantía de nuestra fe, en momentos de luz y
más cuando sentimos que nuestra confianza se desmorona y el horizonte se torna
oscuro. En los momentos tristes, cuando no encuentres explicación ni sentido,
recuerda el consuelo recibido y da un paso. La fe es camino de grandes
horizontes pero de pequeños pasos. “Sigue adelante” pues en el próximo paso
Jesús te sostiene. ¿A qué te invita Él en este tiempo? Anímate, Él está allí.
Ofrece tu día por la intención del Papa.
Con Jesús por la tarde. “En
aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: No perdáis la calma, creed en Dios y
creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias, si no os lo
habría dicho, y me voy para prepararos sitio. Cuando vaya y os prepare sitio,
volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros.
Y a donde yo voy, ya sabéis el camino.” (Jn 14,1-4). Repite al ritmo de tu
respiración: “Muéstrame el camino, para ir contigo”, mientras sigues poniendo
en práctica el propósito del día.
Con Jesús por la noche. Revive
tu historia. Al cerrar la semana repasa lo vivido en ella. ¿Ha habido novedades
que te han ayudado a crecer? ¿Qué acontecimiento te ha llenado de gozo? ¿Qué
sentimientos recuerdas con más fuerza? ¿Qué palabras aún te resuenan?
¿Recuerdas alguna imagen que quede grabada en el corazón? ¿Qué encuentros te
han llenado de alegría? Agradece a Dios lo vivido y disponte a iniciar una
nueva semana.
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