«En el mundo del niño, la admiración precede a la fe. En nuestro mundo
de adultos, valoramos las creencias (o los sistemas de creencias), en lugar de
valorar el asombro. Ponemos el carro delante del caballo. Vemos todo a través
del filtro de nuestro juicio y de nuestra valoración y al hacerlo, nos
separamos de la propia experiencia –y de nuestras emociones, anhelos y
oraciones. Jesús es claro: “Si no se hacen como niños, no entrarán (no
experimentarán) en el Reino de los Cielos”. Para los niños, la admiración crece
en la tierra de la sorpresa y del asombro. Todo está en relación a nuestra
capacidad de recibir.»
Terry Hershey
1.- Deja por un momento tu agitada vida de adulto para descubrir el momento.
Comentarios