Orar para vivir significa, en primer lugar, que la oración tiene que estar orientada a la transformación de la vida; que una oración estéril, que no produzca en la vida del orante los frutos de las buenas obras, muestra que en el corazón del hombre no ha sucedido nada real, que el sujeto, sean cuales sean sus gustos o sus ideas o sus imaginaciones, no se ha encontrado realmente con nadie.
JUAN MARTÍN VELASCO (Orar para Vivir)
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